De rendición de cuentas, números y otras opacidades políticas

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Suele ser poco o nada lo que como ciudadanos conocemos acerca de los avances y retrocesos que tiene nuestro Estado en materia de seguridad, salud, educación, medio ambiente sustentable o economía próspera. Frente a ello, ejercicios como la Glosa ciudadana, desarrollada como vía oficial de rendición de cuentas con un intento horizontal de diálogo; y el informe anual Qué has hecho, Gobernador, del observatorio ciudadano Jalisco cómo vamos, cobran principal relevancia en el marco de un escenario político nacional caracterizado por su crisis de legitimidad y su frecuente opacidad en materia de transparencia.

Con ello, el informe de gobierno que se presenta año con año en Jalisco, es acompañado de interpelaciones de ciudadanos expertos y críticos, que buscan ganar mayor claridad sobre las acciones y decisiones de sus gobernantes; y de una revisión externa sobre los avances alcanzados anualmente y la brecha restante hacia la meta propuesta para el final de cada administración.

No obstante, resulta indispensable que no se pierda de vista que a pesar de que ambos ejercicios sumen en materia de transparencia y trastoquen el terreno de la gobernanza estatal, el juego político permanece de fondo y más aún al calor de las próximas elecciones. Aun así, esto no deslegitima el esfuerzo de dichos ejercicios, sino que alude a una condición más de la complejidad del campo político.

Así, resulta justificable que se cuestionen los “hallazgos” presentados en notas periodísticas, o en informes oficiales o de origen ciudadano. No solo porque pueden estar cargados con una clara inclinación política para las próximas elecciones, sino porque como ciudadanos se supone que tenemos la obligación de hacerlo ahora y en todo momento. Sin embargo, tampoco se trata de comenzar una cacería de brujas ni de buscar el linchamiento de fuentes informativas, porque volvemos al punto anterior, se trata de una condición que ha resultado de la complejidad en el ejercicio político, y por lo tanto, ahora solo hace falta asimilarlas como parte del juego y ser más críticos frente a esto.

En esta tesitura por ejemplo, se puede dar lectura a los resultados del informe Qué has hecho, Gobernador, cuyo interés es el de realizar un mapeo sobre las condiciones actuales en el cumplimiento de las metas propuestas para cada administración. Para los lectores incipientes en el tema, al inicio de cada gobierno se presenta una planeación sobre las medidas que se tomarán en cuenta en cada sector, para dar continuidad o emprender nuevas acciones a favor de la ciudadanía. En esta planeación, se elaboran indicadores —medibles, comparables, relevantes, etc.— para permitir el monitoreo de avance hacia el cumplimiento de metas concretas sobre: feminicidios, desempleo, áreas naturales protegidas, calidad del aire, casos de dengue, de VIH, delitos del fuero común, incendios atendidos, etc., teniendo para ello metas anuales, y una meta específica para la entrega de la administración.

En el informe del observatorio Jalisco cómo vamos, se evalúa precisamente eso: el valor reportado anualmente para cada indicador, con relación a la meta establecida hacia el cierre de la administración. Aunado a ello, en el ejercicio se presenta la vitrina metodológica y permite el acceso a una base de datos en la cual se procesaron los indicadores para conocer su situación de avance. Dicha labor, es digna de reconocimiento, así como su compromiso con la transparencia de su propio análisis.

No obstante, surgen algunas inconsistencias con la información recabada y con la fórmula para monitorear el avance de algunos indicadores. Como ejemplo, se puede observar que para el eje de Territorio y Medio Ambiente, existen algunos valores que no tienen registro ¿por qué? si todos los indicadores son reportados año con año, y en su gran mayoría actualizados mensualmente, en la plataforma oficial del gobierno MIDE Jalisco, y además aparecen en cada uno de los informes de Gobierno, usualmente en el Tomo II.

Aunado a ello, algunos valores tampoco coinciden con lo que se reporta en las fuentes oficiales, como es el caso de los indicadores: Toneladas de basura depositadas adecuadamente, Superficie estatal bajo esquemas de Áreas Naturales Protegidas, Cumplimiento de la normativa Ambiental, y Días dentro de la norma promedio IMECAS. Estas variaciones en los valores reportados, pudieran ser sensibles cuando se realiza la conversión a porcentaje de cumplimiento, y más cuando la variación ocurre en tantos indicadores. Por fortuna para la credibilidad del informe, los errores no se producen exclusivamente a la baja del valor reportado por fuentes oficiales, sino que en algunos casos, se reporta un valor superior.

Sin embargo, ésta no es la única observación que se le podría hacer al ejercicio del observatorio, ya que la formula que utilizan para medir el avance en todos los indicadores que monitorean es la de  (Valor 2017-Línea base)/(Meta-Línea base), misma que resulta acertada para los indicadores cuyo valor es acumulado año con año, es decir, aquellos clasificados como Base Diciembre.  No obstante para los indicadores que año con año reinician su valor, es decir aquellos clasificados como Base Cero, deberían contemplar una fórmula que permitiera ver el promedio de los valores alcanzados anualmente, de tal manera que pudiera verse con mayor precisión la tendencia de los valores hacia la meta.

Esta precisión sobre la fórmula radica en que al restar la línea base, es decir el valor reportado en el primer año en el que se inició la medición, los indicadores con Base Cero, que año con año reinician su valor a cero y no al valor de la línea base, presentan un valor negativo durante todo su avance. Por ejemplo, en el Indicador de Días dentro de la norma promedio de IMECAS, en el cual se contabilizan los días del año en el que la calidad del aire es buena, al tener una línea base de 240 días y una meta a 2018 de 256 días, con dicha fórmula, sólo se podría medir avance con valor positivo a partir del día 241 ¿entonces el resto de días alcanzados, no cuentan? ¿es en verdad esto un retroceso?

En el indicador de 2017 por ejemplo, se reportó el valor de 201 días dentro de la norma, es decir, el 91% de cumplimiento de la meta 2017, y lo correspondiente al 79% de la meta para 2018. Un valor bajo tal vez para las aspiraciones a 2018, pero un valor muy diferente al que arrojaría la fórmula del observatorio, en donde dicho avance de 201 días corresponde al -243.75% de cumplimiento de la meta.

Tomando en cuenta que el promedio de Días dentro de la norma según los valores de 2013 a 2017, es de 227.4 días, es decir un aproximado del 88.83% de cumplimiento de la meta a 2018, el panorama evaluable sobre el comportamiento de este indicador cambia radicalmente. Con ello, es posible reflexionar sobre las conclusiones a las que llega el informe. Si esta situación ocurre en todos los indicadores que manejan Base cero, entonces el escenario que nos pinta el observatorio puede que no sea el más acertado posible.

¿Qué pasa entonces con la información que nace a partir de los resultados del análisis? ¿Qué pasa con la información que está consumiendo la ciudadanía? ¿Los medios están considerando esta variación de datos? Tal vez se trata de un enfoque diferente en el que el observatorio analiza los avances en los indicadores, tal vez la variación en los valores capturados provengan de otra fuente oficial diferente al reporte MIDE o los informes de Gobierno, y con ello no exista una intención política sustancial de fondo, o tal vez sí, pero eso no es lo verdaderamente importante.

Lo que sí resulta esencial, es considerar dicha complejidad del campo político y formar parte de ella y de sus reglas; reconocer que una simple variación numérica, o la aplicación de una fórmula matemática, puede alterar drásticamente los resultados de una evaluación, y que la información que nos llega como ciudadanos, muy posiblemente tendrá algún tipo de sesgo.

Texto de Bolli García – bolligarcía@delibera.org